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Por: antivirus para la desercion

El subdesarrollo es cultural y no económico. Es un estado mental con el que el subconsciente colectivo encara los quehaceres y retos cotidianos. Pero hay palancas para activar un gran cambio, como lo es una visión compartida. Entendiendo una visión “como una imagen de un futuro deseado”, “amplia y detallada”, “positiva y alentadora”1. En palabras de Peter Senge:

Una visión compartida no es una idea. Ni siquiera es una idea tan importante como la libertad. Es una fuerza en el corazón de la gente, una fuerza de impresionante poder. Puede estar inspirada por una idea, pero si es tan convincente como para lograr el respaldo de más de una persona, cesa de ser una abstracción. Es palpable. La gente comienza a verla como si existiera. Pocas fuerzas humanas son tan poderosas como una visión compartida.”

 

Yo tengo una visión para mi país, como un lugar próspero, pacífico, armonioso, tecnológico y competitivo. En donde todos sus jóvenes y habitantes tienen acceso a la educación y son buenos seres humanos, con propósito y empoderados de sus vidas. Y que, gracias a esto, hemos superado la pobreza, y nos hemos convertido en un referente de desarrollo.

En la construcción de este sueño, he decidido trabajar en una problemática que puede hacer que nuestro país supere su condición de pobreza, por medio de la movilidad social y la transformación que un graduado de una universidad pública genera en su familia y por medio del desarrollo que la tecnología brinda a nuestro país y al mundo. La problemática de la que hablo consiste en superar la escasez de talento para el desarrollo de software que el sector privado ha venido experimentando, y que las universidades no vienen siendo capaces de satisfacer. Actualmente, el déficit del país oscila entre 90.000 y 240.000 ingenieros y programadores de software, según la fuente que se utilice para apreciar esa cifra, cifra que crece desmesuradamente cada mes y que la pandemia acelera con un empresariado que esta entendiendo que sin transformación digital real no sobrevivirán.

No obstante, dado que sólo graduamos aproximadamente 7.000 ingenieros/programadores por año, tenemos entre 13 y 34 años de atraso para tener suficiencia de estos talentos, que son los bloques fundamentales para construir una economía del conocimiento, esencial para no rezagarnos más de las potencias que entendieron esto hace muchos años.

Esto lo sabe el sector privado, pero no hacemos mayor cosa por solucionarlo, aún teniendo muchísimas soluciones económicas y estructurales a la mano. Lo que sí hacemos, con detrimento para todos, y que no soluciona de fondo el problema, es que, a través de los cazatalentos, unas a otras las empresas mantienen una demanda insatisfecha y una inmensa rotación en estos puestos, sin invertir en arreglar el problema de fondo.

Debido a que tenemos un problema con la oferta de talento en el sector de tecnología e información, podemos apoyar a que el sistema actual sea más eficiente. Podemos trabajar en disminuir la enorme deserción universitaria.

Con gran tristeza he sido un observador del doloroso desperdicio que como colectividad tenemos en la educación pública a nivel nacional. Siendo la educación un motor de desarrollo, quizás el principal, como colectividad, en los niveles empresariales, políticos y académicos no tenemos la suficiente consciencia de la hemorragia de la deserción presente, especialmente en las universidades públicas, y de las grandes oportunidades que estos sectores tienen, con relativamente poco esfuerzo, para adelantar un círculo virtuoso que disminuya significativamente esta deserción.

Para conocer más en detalle, paso ahora a resaltar sólo el caso de la Universidad de Antioquia, la cual nos ha abierto sus puertas de la manera más sincera, y con quien, acompañados de un grupo de soñadores, hemos venido trabajando para disminuir la alta deserción en la Facultad de Ingeniería.

Las cifras y el costo social son devastadores: empezando porque de 2.329 estudiantes que solicitan admisión sólo 100 (4%) son admitidos a ingeniería de sistemas, en promedio 70 de estos 100 estudiantes presenciales, no logran terminar su carrera. Cuarenta de ellos por insuficiencia académica y 30 por deserción. Por otro lado, de 670 que aplican a ingeniería de sistemas virtual, sólo 150 son admitidos (22%) y un 83% de aquellos (125 de los 150) que acceden a esta carrera virtual, desisten de la misma. Y algo que empeora aún más estas cifras es que el 30% que lográ graduarse presencial y el 17% que lo hace virtual, demora, en promedio, 14 semestres en hacerlo, es decir 4 semestres (o 40%) más de la meta de 10 semestres. ¡Estas son cifras sobrecogedoras!

lo queramos o no, la gran deserción que existe hoy en día en las universidades de Colombia, sobre todo en Ingeniería de Sistemas es un problema de país, al cual todos no solo podemos, sino que debemos, aportar. Según un informe de noviembre del Banco Mundial, Colombia es el segundo país en América Latina con mayor tasa de deserción universitaria.

Si se toma la cifra presupuestal de la Universidad de Antioquia dedicada a los estudiantes no graduados, y si dividiese esta por el número de estudiantes que se gradúan, asumiendo que sean el 50% para todas las carreras de los que ingresan, los costos de la U de A, por estudiante graduado, superarían con creces los costos de las universidades privadas. Esto, con un agravante, mientras en las universidades privadas, los costos de las matrículas de los estudiantes que desertan, si bien son una carga para sus familias, éstos no perjudican a las universidades, sino más bien aumentan sus ingresos y finanzas. En el caso de las universidades públicas, los costos de los estudiantes que desertan constituyen una pérdida irrecuperable para la nación.

Un desperdicio de un bien escaso, el dinero público. Esto hace, por ese motivo, que este problema sea de todos, dejando de lado, en ambos casos, la referencia al detrimento social de perder para la Nación la oportunidad de educar mejor a un joven. Finalmente, a este desperdicio se le suma algo importantísimo para el joven: una vez deserta de la universidad pública, la posibilidad de que este joven vuelva a estudiar se estima que es entre un 5 y 15%. Esto significa que, quien tuvo la posibilidad de estudiar, desarrollarse personalmente, y tener una movilidad social, en su gran mayoría no logra cambiar su vida, quedando marcado por este fracaso.

De allí que todo lo que se pueda hacer para disminuir la deserción tenga un efecto virtuoso. Veamos ahora en más detalle, las causas y las posibles soluciones a la deserción.

En los análisis que ha venido realizando el área de bienestar universitario de la Universidad de Antioquia, se ha encontrado que las causas principales de la deserción son: dificultades académicas en ciencias básicas, dificultades económicas acompañadas de presión familiar, y vocación profesional. Los porcentajes de cada una de estas causas son importante motivo de investigación.

El primero de estos problemas, la poca preparación académica de los estudiantes que ingresan en las ciencias básicas (especialmente física y matemáticas), es evidenciable en el día a día de los estudiantes repitentes y tres veces repitentes de materias. Esta insuficiencia académica conforma un 40% de las personas que suspenden su carrera.

Teniendo en cuenta estas dificultades que se nos presentan como sociedad, en compañía con la Facultad de Ingeniería de la Universidad, se ha creado un programa para aumentar la permanencia de los estudiantes, del cual quiero hablar y en el cual todos podemos apoyar.

Considerando que, como sector privado, no podemos hacer mucho por influenciar directamente la preparación académica de los estudiantes, decidimos invertir en un programa, un círculo virtuoso, donde estudiantes de los niveles más avanzados (todos los cuales ya han superado sus deficiencias en ciencias básicas y han tenido un adecuado nivel de desempeño en estas), acompañen a los estudiantes de primeros semestres. Así, cada estudiante de estos primeros semestres ha contado con un mentor que les ayuda a superar sus problemas personales y profesionales.

hasta ahora, se ha logrado que la insuficiencia académica mejore en un 20% con esta simple pero poderosa idea, ejercida gratuita y voluntariamente por un grupo de estudiantes motivado por ayudar a los primíparos. Este ha sido el gesto que más nos ha motivado a continuar en esta labor: ver que todos ponen para el desarrollo académico de sus compañeros. Esto es una fuerza visionaria cómo la que hablábamos arriba. También aquí se abre una oportunidad de aporte para el sector privado para ayudar a mejorar la deserción.

Con relativamente poco dinero, se les puede justamente reconocer a estos estudiantes más avanzados en su carrera, generosos y dispuestos, un estipendio mensual para atender a sus propias serias dificultades económicas, promoviendo de esta manera, esta mentoría a favor de los demás estudiantes. Si queremos reducir la deserción, tenemos que cambiar el rol del profesor para que se convierta en un mentor que inspire y guíe el modelo de aprendizaje de los estudiantes, para que incentive el desarrollo de habilidades blandas, como la comunicación asertiva, que fue la competencia mas buscada en el mundo, según el CEO de LinkedIn, el año pasado, y la conexión entre las instituciones académicas y el entorno.

Con relación a la segunda de las causas de la deserción, las dificultades económicas para cubrir su modus vivendi y su transporte; así como la presión familiar para que el estudiante trabaje y lleve dinero al hogar, hay una gran oportunidad de mejoramiento que ha permanecido oculta para muchos de los estamentos que pueden participar para mejorarla, muy especialmente el sector privado.

De todos es conocido que gran número de los estudiantes de las universidades públicas tienen serias dificultades para asumir sus gastos personales, distintos de la matrícula en la universidad, por ser esta fundamentalmente sin costo para los estratos bajos.

Para solucionar esta importante causa, se viene ideando un sistema, similar a utilizado por la escuela Holberton de Software de los Estados Unidos, por medio del cual las empresas necesitadas de una determinada disciplina, como es el caso de la ingeniería de software, apoyen a uno o varios estudiantes con los recursos económicos necesarios para pagar sus gastos de transporte y de vida mientras cursan la universidad. A cambio de dicha ayuda, los estudiantes, al graduarse de su carrera y conseguir empleo (algo muy fácil en el caso de software, ya que existe una gran demanda para esta carrera en particular), se comprometen con pagar un porcentaje de su salario a la empresa que les financió sus estudios, para que se pueda repetir el ciclo virtuoso con otros estudiantes. Esta fórmula, no asistencialista, permite que todos pongan y sea sostenible.

Como última causa de la deserción, se encuentra la vocación profesional. Esta es común a todos los estudiantes de todas las universidades y puede ser solventada con la búsqueda o la creación de tutoriales o videos que muestren a los estudiantes de bachillerato lo que es una determinada carrera o profesión, así como sus grandes ventajas. Así ellos podrán familiarizarse con lo que se espera de ellos en una determinada profesión y ver si se sienten a gusto con la misma o no, evitando así el abandono por falta de conocimiento. En la reciente feria de emprendimientos Starco, se presentó un start-up dedicado a enseñar por internet a las personas a su ritmo y antojo y creo que esta misma metodología se puede utilizar para ayudar a los muchachos a definir su vocación profesional.

INVITACIÓN:

Tu organización puede sumarse a esta visión de muchas formas, estas son algunas que nos han funcionado:

  • Donación de computadores de segunda.

  • Apoyar en la estructuración del instrumento de financiación para estudiantes.

  • Permitir la comunicación con sus colaboradores para los diferentes voluntariados (psicólogos y psiquiatras, speakers para encuentros con Antivirus, desarrolladores open-source).

  • Sumarse a las empresas patrocinadoras del programa para sostener o escalar el equipo base de Antivirus pa’ la Deserción.

  • Conectarnos con alguién más que ustedes identifiquen que es relevante para crecer el programa.

La más importante:

  • Alguna otra iniciativa que identifiquen desde su organización y capacidades que pueda sumar para a este programa.

También nos soñamos:

Reglamentar que en las universidades públicas sea un

requisito de graduación, el que los estudiantes más avanzados

presten una mentoría a los que apenas inician su carrera, como un

servicio social obligatorio, similar al que los abogados hacen con

El Consultorio Jurídico y los médicos hacían con el Año Rural.

 Biografia

Senge, P. M. (1999). La Quinta Disciplina. Management y Contexto, 260-261.